La bajada o pérdida de brillo de una superficie es un defecto de pintado relativamente común que puede tener lugar durante el proceso de barnizado en una reparación. 

La capa de barniz es la última capa a aplicar, y por lo tanto la más visible. Cualquier defecto en ella será fácilmente reconocible, y, aunque el cliente no tenga conocimiento técnicos de pintado, en el momento de entrega del vehículo nos resultará muy complicado disimular una superficie barnizada de forma irregular y carente de brillo.

Una correcta aplicación de la capa final de laca será determinante para obtener una reparación de calidad y un excelente aspecto final del coche, que pueda dejar satisfecho al cliente.  Además evitar la aparición de problemas como las bajadas de brillo en pintura, permitirá al profesional un uso adecuado de materiales y tiempos de reparación, con el fin de obtener la máxima productividad y rentabilidad en el taller.

¿Qué son las bajadas de brillo en pintura de automoción?

Las bajadas o pérdidas de brillo en pintura de automoción tienen lugar cuando una superficie pintada presenta un acabado más mate y con menos brillo del requerido, observándose  diferencias de intensidad de brillo en la superficie reparada con respecto al resto de piezas.

Superficie perdida barniz

Se trata de un defecto que es fácil de observar a simple vista, incluso desde una posición alejada de la superficie, y que no suele presentar irregularidades en la superficie como puede ocurrir con otros defectos de pintado como rechupados o siliconas.

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Causas por las que aparecen las bajadas de brillo y cómo evitarlas

Los motivos por los que aparece este defecto tiene que ver con diferentes factores, por lo que tener en cuenta todas estas posibles causas nos permitirá adelantarnos a un posible error.

Preparación inadecuada de las pinturas de fondo

Una causa común de las bajadas de brillo tiene que ver con la preparación previa de las capas de fondo, sobre todo durante el proceso de aparejado. 

Con el fin de evitar este defecto, es necesario que la pintura de la capa de acabado sea aplicada sobre una superficie de aparejo que haya sido lijada de forma correcta previamente. Para ello, deberemos de respetar los tiempos de secado recomendados por el fabricante. 

Además, el cómo realizar ese lijado, utilizando un grano de lija adecuado y una presión y movimiento homogéneo, influirá en la preparación del fondos y la posible absorción del brillo de acabado por parte de las capas inferiores.

No adaptar la mezcla al ambiente

La temperatura y la humedad del ambiente son factores externos  que pueden influir en una posible bajada de brillo final. 
Para adecuar la elección del diluyente o el catalizador a utilizar, en primer lugar deberemos de tener en cuenta las especificaciones técnicas del fabricante, una correcta relación de mezcla, así como una adaptación del producto en función del contexto ambiental en el que nos encontremos.

  • Temperaturas altas (verano): catalizadores y diluyentes más lentos. Se puede valorar la posibilidad de utilizar retardantes de secado o elastificantes.
  • Temperaturas suaves (primavera y otoño): catalizadores y diluyentes medios.
  • Temperaturas bajas y mayor humedad (invierno): catalizadores y diluyentes rápidos. Con el frío y la humedad, la capa de barniz puede cerrarse, no habiendo dado tiempo a los disolventes a evaporarse.
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Falta de mantenimiento de los equipos de extracción

La revisión periódica de los filtros de extracción de cabinas y plenums, es fundamental para evitar defectos de pintado como las bajadas de brillo.

Una correcta extracción y capacidad de succión de estos equipos, permitirá la absorción de las nieblas derivadas de la aplicación, evitando así que queden suspendidas en el aire y no se depositen en forma de una película fina sobre la capa de barniz recién aplicada. 
Es conveniente también controlar los niveles de humedad y la estanqueidad en las cabinas, intentando mantener siempre unas condiciones ambientales de temperatura y humedad idóneas para la aplicación.

Limpieza y preparación inadecuada de la superficie

Es conveniente no lavar los vehículos con detergentes agresivos, ni meterlos en túneles de lavado con rodillos en los días sucesivos a la aplicación.

Hay que tener en cuenta que no debemos realizar ningún pulido o abrillantamiento de la superficie hasta que la pintura no se haya secado completamente. Además, debemos emplear los abrasivos y pulimentos adecuados a cada situación de trabajo.

No respetar tiempos y temperatura de secado entre manos

El hecho de no respetar el tiempo de secado y la temperatura estipulada por el fabricante puede influir en la aparición de pequeños velados sobre la superficie. Variar la velocidad y la temperatura de secado con el fin de liberar la cabina para aumentar la productividad de trabajo es una práctica que puede acarrear consecuencias en forma de pérdidas de brillo.

Pasos para solucionar la pérdida de brillo en pintura

Si el defecto tiene solo presencia en la zona superficial de la pieza, procederemos de la siguiente manera:

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  1. Lijado de la superficie

    Para comenzar, lijaremos la zona que contenga bajadas de brillo con una lijadora y un papel abrasivo P1500, incrementando el grano según necesidades. A continuación afinaremos la superficie con una lija P3000, con el fin de eliminar las posibles marcas de lijado generadas previamente. Una vez hayamos lijado la superficie, procederemos a limpiar el polvo generado con un desengrasante y paño de microfibras.

  2. Pulido

    Posteriormente, aplicaremos un pulimento de corte rápido con la máquina pulidora, ejerciendo una presión y movimiento homogéneo. Finalmente, limpiaremos la zona con una balleta para valorar el resultado obtenido.

Si el defecto presenta mayor gravedad, tendremos que realizar el proceso de repintado desde el inicio.

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