Con la llegada del frío y la humedad propia de la temporada invernal, puede que en ocasiones sea necesario adaptar determinados procesos de reparación dentro del taller de chapa y pintura con el fin de optimizar el flujo de trabajo.
La temperatura ambiental, como ya apuntamos en el post sobre claves para el repintado de vehículos en verano, influye directamente en las propiedades reológicas de pinturas, masillas, catalizadores y barnices.
Por esta razón, y a pesar de que las pinturas modernas utilizadas en el sector refinish contienen una alta cantidad de sólidos en su composición, unas condiciones atmosféricas de pintado con frío extremo y alta humedad obligarán al pintor profesional a adaptar los procesos de preparación, aplicación y secado de la pintura.
Consejos para optimizar el repintado de coches en invierno
Siguiendo una serie de pautas y consejos prácticos, podremos obtener un excelente resultado final durante el pintado de un coche en invierno, independientemente de las condiciones atmosféricas en las que nos encontremos.
1. Uso de aditivos especiales
Una práctica recomendable para asegurar un mejor comportamiento de la pintura en ambientes de baja temperatura y alta humedad será el uso de aditivos especiales.
Un ejemplo de este tipo de producto es el WA/6080 FAST DRY ADDITIVE de SINNEK, un aditivo de fácil uso y aplicación que permite al profesional reducir el tiempo de secado y endurecimiento de las bases de color en este tipo de ambientes extremos, aumentando notablemente la rentabilidad y productividad de cada reparación.
Además, este tipo de producto puede ser utilizado para evitar la aparición de marcas de cinta de enmascarado durante los procesos de franjeado.
2. Respetar la temperatura de manipulación y almacenaje
La pintura para carrocería, al tratarse de un producto químico, es susceptible de variar sus propiedades a causa de una temperatura ambiental demasiado baja.
La temperatura ideal de aplicación se sitúa generalmente entre los 20º y 25ºC, con el fin de garantizar una correcta reacción química entre la pintura y su endurecedor.
En cuanto al almacenaje del producto, la temperatura ambiental deberá situarse entre los 15º y 30ºC. Por debajo de esas temperaturas, las propiedades de los productos pueden variar en términos de viscosidad y capacidad de pulverizado.
En ambientes de frío extremo, deberemos prestar especial atención a que los productos de base agua no lleguen a helarse. Se aconseja siempre contar con una temperatura de almacenaje superior a 5ºC.
3. Adaptar la viscosidad de la pintura
El frío hace que aumente la viscosidad de las pinturas. Debemos prestar especial atención a la temperatura y aspecto de la pintura en el momento de su mezcla.
Si el producto está demasiado frío, presentará una mayor viscosidad, por lo que deberemos aumentar la dilución para una correcta aplicación.
Del mismo modo, es conveniente no diluir en exceso la mezcla ya que aumentaremos el riesgo de obtener una reparación con un bajo nivel de cubrición.
4. Atemperar el vehículo en cabina
Las bajas temperaturas y la alta humedad no solo afectan a la pintura y su aplicación, sino que tienen una influencia directa en la temperatura del soporte, es decir, en la temperatura de la pieza.
Una buena solución será introducir el vehículo o las piezas a reparar en la cabina, antes comenzar con el proceso de repintado.
La cabina nos permite controlar las condiciones ambientales de temperatura y humedad además de acelerar o reducir los procesos de aplicación y secado.
5. Choque térmico
Un vehículo que ha estado expuesto a la intemperie durante un día invernal presentará una temperatura superficial demasiado fría.
Si introducimos el vehículo en la cabina sin atemperar, y seguidamente aplicamos la pintura, corremos el riesgo de que se produzca una falta de adherencia.
Esto se debe a un cambio brusco entre la temperatura del soporte y la de la cabina junto con la posible humedad ambiental. Este choque térmico produce la aparición de una condensación en la superficie, lo que a la postre puede provocar problemas de repintado.
Este fenómeno tendrá más incidencia en ambientes de alta humedad. Para evitarlo, aconsejamos realizar la aplicación con un mínimo de 3 grados por encima de la temperatura de punto de rocío.
6. Correcta preparación de la superficie
Es común que durante el invierno accedan al taller coches que presentan en su superficie restos de suciedad como grasas, aceites, polvo o la sal utilizada para evitar el hielo y la nieve en la calzada.
Un correcto lavado y limpieza previa de la superficie contribuirá a obtener un óptimo acabado final.
Como consejo adicional, los restos de sal sólo los podremos disolver en agua, por lo que se recomienda utilizar agua y jabón para su limpieza. Una vez retirada, procederemos a desengrasar la pieza en profundidad.
7. Respetar los tiempos de evaporación
Una vez que los productos y el vehículo se encuentren atemperados, será momento de comenzar con el proceso de aplicación.
En invierno, los productos tardan más de lo normal en evaporarse a causa del frío o las bajas temperaturas.
Por esta razón, habrá casos en los que será aconsejable aumentar ligeramente el tiempo de evaporación con respecto a las indicaciones de la ficha técnica del producto, para asegurarnos un correcto secado y anclaje de la pintura.
Conclusión
Tener en cuenta esta serie de consejos durante la aplicación de pintura en condiciones de frío extremo nos aportará un plus de seguridad, minimizando la posible aparición de errores durante el proceso de repintado.
Además, en lugares donde las bajas temperaturas están presentes durante gran parte del año, será fundamental la adopción de las medidas necesarias para mantener los índices de rentabilidad y productividad necesarios en las reparaciones de chapa y pintura.