Este post forma parte de un conjunto de contenidos relacionados con el proceso de uso del espectrofotómetro, donde explicamos al detalle la importancia de la obtención de una información precisa del color en el repintado del automóvil.
Si quieres aprender todos los pasos a tener en cuenta en el uso correcto del espectrofotómetro y la medición de color, no te pierdas el resto de contenidos relacionados:
Después de haber identificado correctamente la superficie a reparar y el tipo técnica de aplicación que utilizaremos, nos centraremos ahora en la preparación de la superficie, un aspecto fundamental para obtener una información de color lo más precisa posible.
1. Limpieza previa de la superficie
En primer lugar, debemos limpiar la superficie donde vamos a tomar la lectura del espectrofotómetro con un limpiador desengrasante. Para ello, podemos utilizar tanto un desengrasante al agua, como un desengrasante acrílico.
Empapamos una bayeta de microfibras con el desengrasante elegido, y limpiamos la zona concienzudamente, asegurándonos de que no quede ningún resto de suciedad.
2. Pulido de la superficie para una medición precisa del color
El paso siguiente será pulir la superficie donde vamos a realizar la medición para una obtención del color mucho más precisa y sin interferencias.
Para ello utilizaremos siempre una máquina de pulir, en lugar de realizar el pulido a mano con una bayeta de microfibras, ya que de esta manera, nos aseguramos una misma presión y movimiento de pulido, favoreciendo la homogeneidad de la superficie para una lectura mucho más exacta.
En cuanto al pulimento a aplicar, utilizaremos un pulimento de terminación y brillo, evitando pulidos de corte o devastación, ya que estos pueden producir un pulido excesivo de la superficie, distorsionando a posteriori los datos de lectura del espectrofotómetro.
Es conveniente también evitar recalentar en exceso la superficie para evitar removidos o velados del material de acabado.
El pulido se debe realizar a una velocidad adecuada, que no sea ni excesiva ni muy lenta, y con movimientos continuados de un lado a otro en distintas direcciones en las que se crucen las pasadas.
El proceso de pulido previo a la medición es fundamental, ya que el color de una superficie pulida y no pulida puede variar mucho, y por lo tanto, distorsionar una correcta medición.
A través de esta imagen podemos observar claramente la diferencia de color y tono entre un área pulida y no pulida. Se observa una tonalidad diferente, que dará lugar también a mediciones con resultados de color diferentes.
3. Limpiar la superficie pulida
Una vez realizado el pulido, procederemos a retirar los restos de pasta de pulimento sobrante con una bayeta.
Utilizaremos otra bayeta de microfibras limpia, y la empaparemos con desengrasante al agua para limpiar la superficie.
En este caso es importante utilizar un desengrasante al agua en lugar de uno acrílico, ya que el desengrasante al agua es menos agresivo con el pulimento recién aplicado.
Después de haber limpiado correctamente la superficie de lectura, estamos preparados para realizar la medición sobre la pieza con el espectrofotómetro, asegurándonos una lectura lo más precisa posible del color de la pieza.